El síndrome de la manta corta



En los últimos partidos Pepe Mel ha intentado variar el dibujo del equipo amarillo. Las razones pueden ser muy variadas. Lesiones, estado de forma de algunos jugadores o la debilidad defensiva mostrada durante la temporada. Lo cierto es que en los dos últimos partidos el equipo ha mejorado defensivamente, pero ha sido casi invisible en ataque, mostrando el síndrome de la manta corta.

Se conoce al síndrome de la manta corta como aquella que tapa los pies o tapa la cabeza, pero no llega a tapar ambas, por lo que si eliges tapar los pies dejarás la cabeza descubierta y viceversa. Algo así le está pasando a la UD Las Palmas en los dos últimos empates sin goles y casi se puede incluir también buena parte del partido ante el Lugo.

Antes del partido ante el Sporting llegó el equipo amarillo con dos derrotas consecutivas y una gran sensación de fragilidad defensiva. Durante muchos momentos de la temporada se ha compensado con un gran acierto en ataque, especialmente cuando Sergio Araujo y Pejiño estaban sin problemas de lesiones. La UD se mostraba como un equipo alegre en ataque pero muy débil a nivel defensivo.


Tras remontar al Sporting con una gran segunda parte, tras unos primeros 45 minutos trágicos, afrontaba el equipo de Pepe Mel una minigira peninsular visitando a Lugo y Ponferradina. Ante los gallegos el sistema fue el habitual, pero ya en El Toralín el técnico madrileño sorprendió renunciando a los extremos, con un 4-4-2 en rombo por dentro que dio mayor consistencia defensiva. Pero también restó presencia ofensiva.

Ante la Ponferradina el equipo pisó área rival y tuvo alguna ocasión, pero ante el Alcorcón se repitió el dibujo y esta vez el único remate y casi acercamiento fue el penalti lanzado por Kirian al poste. Esta UD pasa menos apuros en defensa y ha conseguido por segunda vez esta temporada encadenar dos partidos sin encajar, pero también se ha quedado por primera vez sin ver portería en dos partidos consecutivos.

La estadística da que en esos dos partidos la UD sólo remató 3 veces entre palos, todas ante la Ponferradina. Pese a tener dos jugadores en punta, el equipo amarillo está echando en falta el apoyo de jugadores ofensivos por banda para tener más presencia en ataque, si bien está siendo más consistente a nivel defensivo. Dicho de otra forma, el síndrome de la manta corta.

Probablemente en cuanto se recuperen especialmente Pejiño y Sergio Araujo el técnico madrileño vuelva al 4-3-3 que tan buenas sensaciones dejó en la fase inicial de la temporada y en cierto modo el dibujo con rombo también se debe al flojo rendimiento de los atacantes de banda disponibles.

Lo que parece claro es que más allá de cuestiones como la intensidad y ambición que tanto reclama Mel en sala de prensa, a la UD que se resguarda en defensa sólo le está dando para empatar, mientras que cuando asumía más riesgos cosechó algunas derrotas pero también sumó victorias. El tiempo determinará si Mel logra el equilibrio bajo esa manta.