No es la primera vez que ocurre pero en los últimos partidos se está convirtiendo en una tendencia. Sucedió ante el Numancia hace dos semanas y, de nuevo, ante el Almería el pasado miércoles. Que la Unión Deportiva haya hecho una mala primera parte y luego mejorase en la segunda no es casualidad. Existe una razón futbolística.

El mediocentro. Ese eterno debate de la temporada en el conjunto insular. Mucho se ha hablado de que Las Palmas necesita un centrocampista organizador y la realidad es que llegados a final de temporada y en play-offs de ascenso, la ausencia de ese perfil de futbolista sigue haciéndose notar en un equipo que sufre en demasía con la posesión del cuero.
No existe el doble pivote
A lo largo de la campaña, Nauzet Alemán ha sido el futbolista que mayor continuidad ha tenido en la posición de teórico mediocentro acompañado siempre por un futbolista encargado de realizar tareas defensivas. En teoría, hablamos de un doble pivote clásico en el que uno organiza y otro recupera. En la práctica, nos damos cuenta que el teórico organizador no sabe realizad dicha tarea mientras que el teórico centrocampista defensivo no siempre es un futbolista de este corte.
El catorce amarillo, jugador de banda durante toda su trayectoria profesional, tiende a descolgarse habitualmente de la zona medular y se incorpora a la línea de mediapuntas del equipo. Consecuentemente, la reculación en transición defensiva por su parte es más lenta y la labor de creación del equipo se atasca sin una referencia que dirija el balón desde el medio.
Estas carencias se acentúan aún más cuando el acompañante de Nauzet es un futbolista con problemas para sacar el balón jugado desde atrás, como Vicente. El espigado centrocampista amarillo, reconvertido a mediocentro defensivo tiempo atrás, es sabedor de sus limitaciones a la hora de batir líneas rivales con un pase vertical por lo que siempre elige la opción más segura – un pase hacia atrás o al lateral – provocando así que la salida de balón del equipo sea limitada.
En la imagen superior vemos un hecho que se produjo con bastante asiduidad tanto en el partido ante el CD Numancia como ante el Almería. En ambos partidos, la pareja de medios inicial fue Vicente – Nauzet y en los dos casos coincidió que mientras uno retrasaba su posición para tratar de sacar el balón jugado desde atrás, el otro se incorporaba a la línea de tres cuartos en lugar de ofrecer apoyo en corto. El resultado, un espacio de unos 25 metros de distancia vertical entre los dos teóricos miembros del doble pivote.
Ante esta situación, nos encontramos con algo similar a lo que ha ocurrido en los últimos partidos de la Unión Deportiva, un equipo perdido sobre el césped cuya mayor circulación de balón se produce en pases horizontales en su línea defensiva.
Hernán, solución habitual
No obstante, es curioso que en estos casos Lobera siempre ha realizado la misma sustitución en la segunda mitad. Momo es siempre el sacrificado del once para dar entrada a Hernán lo que significa que Nauzet pasa a jugar en el carril diestro mientras que la pareja de medios pasa a constituirse por el futbolista de Zárate y Vicente.
Esta variante hace que Vicente se libere de sus obligaciones defensivas y tenga un mayor espacio para desenvolverse mientras que Hernán, mucho mejor dotado técnicamente y tácticamente para esas labores, se dedica a sacar el balón limpio desde atrás con maestría.
En la imagen superior vemos como ahora, con la nueva pareja de mediocentros, el equipo tiene un mayor equilibrio en sus líneas al estar los dos pivotes en una misma zona de influencia y, además, con mayor facilidad de creación gracias al constante apoyo hacia la zona central que realiza Javi Guerrero cuando está en el césped.
En definitiva, la Unión Deportiva Las Palmas cuenta con un problema de ocupación de espacios fácilmente palpable en los últimos partidos y eso se ha traducido en un mal juego durante los primeros cuarenta y cinco minutos que luego se maquilla tras la reestructuración del sistema. Este domingo ante una Unión Deportiva Almería que en su estadio juega un fútbol muy asociativo, Las Palmas debe tapar ese agujero que se genera en el medio. Si no lo hace, tendrá serios problemas para defender las acometidas rojiblancas y, probablemente, volvamos a ver la peor versión de los hombres de Sergio Lobera.